La experiencia, de este aprendizaje en los niños y niñas tienen la oportunidad de interactuar con su entorno natural y cultural a través de la exploración del color amarillo. A través de actividades lúdicas y experimentales, como la observación de elementos de la naturaleza (flores, frutas, insectos), el uso de objetos cotidianos y la realización de actividades artísticas, los niños descubrirán cómo este color está presente en su entorno inmediato. La experiencia se centrará en potenciar la curiosidad natural de los niños, promoviendo la identificación y diferenciación del color amarillo mientras desarrollan habilidades de observación, lenguaje y creatividad. Asimismo, se fortalecerá la capacidad para relacionar conceptos, trabajar en equipo y compartir sus descubrimientos con sus compañeros.
Este enfoque busca integrar el aprendizaje del medio natural con una comprensión cultural, invitando a los niños a vincular lo que observan en la naturaleza con su entorno social, artístico y emocional.