Toda acción que denote un incremento en la capacidad psico-afectiva y cognitiva de un infante es considerada una actividad lúdica, es así que existen muchas formas en que los educadores pueden llegar con estrategias estructuradas en juegos a los niños, el juego como tal se convierte en una herramienta lúdica que hace que los infantes se adentren en el aprendizaje. En este aspecto, Chicaiza (2020, p. 26), la universalidad del desarrollo del niño en la educación inicial se puede trabajar con el juego, ya que posibilita impulsar su parte afectiva a la vez de emprender su crecimiento autosuficiente, adquiriendo saberes y logrando desenvolverse interpersonalmente.