Determinación de la severidad de una quemadura
En áreas críticas pueden dejar secuelas graves, funcionales o estéticas; por lo tanto todas las quemaduras en zonas de riesgo deben ser evaluadas por un profesional de la salud. Las localizaciones de riesgo son:
Una quemadura circunferencial, es decir, quemaduras que rodean completamente una parte cilíndrica del cuerpo (dedos, brazos, piernas, cuello, pecho, abdomen, etc.), son consideradas graves por el posible torniquete y constricción que produce debido a la hinchazón, pudiendo llevar a problemas circulatorios o respiratorios dependiendo de la localización y también deben ser evaluadas por un profesional de la salud. (1, 2, 3, 4, 5, 7) |
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Contusiones, fracturas, heridas contusas e incluso lesiones de órganos pueden acompañar a las quemaduras y deberán valorarse para un correcto diagnóstico siguiendo el esquema de evaluación y manejo inicial. La aspiración de humo y de determinadas sustancias en combustión durante un incendio, y muy especialmente si esto ocurre en un ambiente confinado o cerrado, puede conducir a un cuadro respiratorio o de intoxicación de extrema gravedad. Toda lesión asociada aumenta la mortalidad en un quemado, y por lo tanto deben ser evaluadas. (1, 2, 3, 4, 5, 7) |
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Mientras más pronto se atienda habrá mayor posibilidad de salvar la vida del paciente. (1, 2, 3, 4, 5, 7) |
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Un niño menor de 10 años y sobre todo uno menor de 5 años, o un adulto mayor de 50 años, tienen mayor riesgo y necesitan evaluación de un profesional. Enfermedades preexistentes como diabetes, hipertensión arterial, cardiopatías, enfermedades pulmonares, etc. También agravan la condición de un paciente quemado, por lo que deben ser evaluados por un profesional. (4) La mayoría de quemaduras pueden ser tratadas sin la necesidad de un profesional, excepto si:
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