La especificación del puesto se usará como un medio para evaluar a cada uno de los candidatos en la lista corta. En realidad, otras consideraciones más personales también tomarán parte en la decisión. A continuación, se detallan ejemplos práctico relacionados a las técnicas para las entrevistas:

La repetición
El entrevistador repite las últimas palabras de la oración del candidato para extraer la razón de lo que se dijo. Por ejemplo, es posible que el candidato diga: “Trabajé para una compañía telefónica, pero no me gustó mucho”. El entrevistador sigue con: “¿No le gustó mucho?”. El candidato continúa: “No, el gerente de ventas siempre me pedía varios reportes”.
Recompensas
El interés mostrado por el entrevistador en el punto de vista, las experiencias y el conocimiento del candidato confiere su propia recompensa. Esto se complementa con lo que se puede describir como expresiones de aliento, como “¡Ah!”, “Mmm, ya veo”. La confianza infundida en el candidato lo animará a comentar más y quizás a hacer revelaciones.
El silencio
El silencio puede ser un aliado muy poderoso para el entrevistador. Sin embargo, debe usarse con discreción. Al hacer una pausa, se puede obtener información adicional potencialmente reveladora.
El sondeo
En una entrevista se harán comentarios que requieren una mayor explicación. Por ejemplo, el candidato puede decir, “El tiempo que pasé en un curso de capacitación en ventas fue una pérdida de tiempo”; a lo que el entrevistador puede agregar “¿Por qué piensa que lo fue?”, o “Eso es interesante”. Estas frases son preferibles a un “¿Por qué?” directo.
Resumir
De manera inevitable, el entrevistador intentará resumir los aspectos que ha señalado el solicitante en varios momentos de la entrevista, con la finalidad de tener una opinión acerca de la persona que está bajo escrutinio. Una vez confirmada la información, el entrevistador quizá cambie el tema a otra área de interés o continuará investigando sobre la misma área con la certidumbre de que no ha habido malos entendidos.
Preguntas neutrales
Un principio básico de la buena entrevista es usar preguntas neutrales en lugar de dirigidas. La pregunta “¿Puede contarme acerca de la capacitación de ventas que recibió en su empleo anterior?” llevará a una respuesta menos sesgada, y muy diferente, que si se hace la pregunta “Estoy seguro de que aprendió mucho en sus cursos de capacitación en ventas,
¿no es así?”.