Introducción
Introducción
En la Convención sobre los Derechos del Niño, que ha marcado un hito y ha sido ratificada por casi todos los países del mundo, se afirma que todos los niños tienen derecho a disfrutar de un ambiente sin riesgos, protegidos de las lesiones y de la violencia. Se declara además que las instituciones, los servicios y los establecimientos responsables de la atención o la protección de los niños deben ajustarse a las normas establecidas, en particular en los ámbitos de la seguridad y la salud. Los niños están expuestos a peligros y riesgos en el día a día, y en todas partes son vulnerables a los mismos tipos de lesiones. Sin embargo, los entornos físicos, sociales, culturales, políticos y económicos en los que viven difieren enormemente, por lo que el entorno particular de cada niño es muy importante (1).
Aunque las lesiones causadas por diferentes mecanismos no son un problema de salud nuevo, actualmente diferentes organizaciones sanitarias impulsan acciones para su prevención, es así que la OMS en el 2008 indica lo siguiente (2):
“Es necesario prevenir las lesiones que afectan a los niños porque su cuerpo es más vulnerable que el de los adultos ya que en un mundo diseñado para los adultos, los niños no siempre son capaces de juzgar los riesgos potenciales de numerosas situaciones y productos. Los niños tienen el mismo derecho que los adultos a vivir en un entorno saludable y seguro”
La magnitud de las heridas o lesiones varían según la edad, el sexo, la región de residencia, además, las características psicológicas también influyen en las lesiones entre el niño y el medio ambiente donde se desarrolla (3).