1.7 Atención integral del paciente con trauma pediátrico
1.7 Atención integral del paciente con trauma pediátrico
Todos los sistemas puestos en práctica giran en torno a la reducción del tiempo de asistencia al accidentado, proporcionándole el definitivo cuidado en el menor tiempo posible y de la manera más ventajosa.
Debe existir un sistema que incluya cada una de las fases de la asistencia al politraumatizado y coordine sus diferentes componentes. Comienza con la organización de un sistema integral para la atención a pacientes traumatizados en el que la prevención desempeña un importante papel.
Continúa con la asistencia y el transporte hacia los centros sanitarios, seguido de una atención hospitalaria especializada, y finaliza con la rehabilitación del paciente y su reincorporación a la vida cotidiana. El manejo del Trauma se enfoca a la reducción del tiempo de asistencia al accidentado, basado en tres premisas fundamentales a través de ABCDE del trauma (3).
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Inicio del tratamiento de forma inmediata y al máximo nivel “in situ” (socorro primario)
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Transporte urgente desde el lugar del evento hasta el centro hospitalario capacitado para realizar tratamiento definitivo
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Medio de transporte propicio, personal capacizado que permita continuar la asistencia y estabilización del paciente hasta su llegada al hospital
Lo más importante es tener una estrategia bien definida y rigurosa en la valoración del paciente, realizando una evaluación secuencial de todas las funciones críticas e iniciando las maniobras de reanimación y el tratamiento de las urgencias vitales. Se continuará con un reconocimiento más detallado y la fase definitiva de cuidados. La secuencia extrahospitalaria sin duda es compleja, incluye en primer lugar la dotación adecuada del equipo, la activación y la aproximación del mismo al lugar del accidente, una valoración inicial del paciente y, en segundo lugar, el rescate y movilización del traumatizado (3).
Esto lo podemos desarrollar mediante la evaluación pediátrica de urgencia, la evaluación primaria, la revisión secundaria y los cuidados definitivos posteriores. En cada una de estas fases debemos aplicar si es necesario la reanimación del paciente y el uso de los auxiliares diagnósticos (13).