Grietas, baches y hundimientos
- Señalan fallos en la base o estructura.
Deformaciones
- Indican tráfico pesado o mala compactación.
Agua estancada
- Debilita las capas inferiores.
Deslizamientos o erosión
- Problemas en taludes cercanos.
Ruidos o vibraciones
- Sugieren inestabilidad del pavimento.
Deterioro en juntas o bordes
- Señal de desgaste o falta de soporte.