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Los ecosistemas

En el extenso y variado mosaico que forma la biósfera se distinguen los ecosistemas, considerados como las unidades de funcionamiento de la biósfera.
Un ecosistema está formado por el conjunto de seres vivos que habitan en un lugar de la Tierra y el medio físico que comparten. A continuación, describiremos las características del biotopo, o espacio físico del ecosistema, y de la biocenosis, o conjunto de especies que habitan en él, así como las relaciones que se establecen entre sí.

El biotopo
Los principales componentes del biotopo, que determinan la presencia de unos seres vivos u otros, son: el medio y los factores ambientales.

El medio
El medio es el lugar donde viven y se desplazan los seres vivos de un ecosistema, con el cual mantienen intercambios constantes de materia y energía. A grandes rasgos, podemos distinguir dos tipos de medio: Medio terrestre: se localiza en la superficie de los continentes. Se caracteriza por estar en contacto con la atmósfera, con la cual los seres vivos realizan el intercambio de gases.

Así, durante la fotosíntesis, los vegetales captan dióxido de carbono y desprenden oxígeno, mientras que en la respiración, la que llevan a cabo los seres vivos, se capta oxígeno y se desprende dióxido de carbono.

En el medio terrestre existen diversos sustratos, sobre los que viven y se desplazan los seres vivos. Los más habituales son:
• El suelo, sobre el que viven, por ejemplo, las plantas.
• Las rocas, sobre las que podemos encontrar seres vivos, como los líquenes.
• Un ser vivo o sus restos, como en el caso de plantas y hongos, que viven sobre troncos de árboles.

La ecología
Es la ciencia que estudia los ecosistemas. El término fue creado por el biólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919) a partir de dos palabras griegas:
Oikos, que significa ‘casa’ o ‘lugar para vivir’.
Logos, que significa ‘estudio de’.

Medio acuático

Está constituido por agua y es característico de los ecosistemas acuáticos. Los seres vivos que habitan en él efectúan el intercambio de gases (oxígeno y dióxido de carbono) con el agua, a excepción de algunos que viven en la superficie, que lo hacen con la atmósfera. El medio acuático también se caracteriza por su contenido en nutrientes disueltos. Los diversos medios acuáticos tienen características diferentes, en función de su contenido en sales, su temperatura y los nutrientes que están disueltos. Los organismos de los medios acuáticos pueden vivir sobre diversos sustratos:
• En el fondo de los océanos, ríos y lagos, donde viven, por ejemplo, las algas.
• Otro ser vivo, como en el caso de las esponjas que viven sobre conchas de moluscos.
Las medusas, como muchos organismos acuáticos, viven suspendidas en el agua.

Factores limitantes

Los factores limitantes de los ecosistemas terrestres son principalmente el agua, que escasea en muchas zonas; la temperatura, que debe mantenerse en unos márgenes óptimos; y los nutrientes.

En los ecosistemas acuáticos los factores limitantes son la luz, que disminuye con la profundidad, los elementos nutritivos, que se depositan en el fondo y solo ascienden mediante movimientos verticales del agua, y el oxígeno.
La ley del mínimo establece que cualquier proceso que depende de varios factores estará controlado por el que más se aproxime al valor para el cual el proceso se detiene.

Los factores ambientales

Los factores ambientales o abióticos son el conjunto de condiciones físicas y químicas del biotopo. Este conjunto de factores o condicionantes externos influye en la vida y el desarrollo de los seres vivos.

Algunos de ellos son:

La luz:

Condiciona la proliferación de organismos fotosintéticos. Por ejemplo, una elevada luminosidad favorece el crecimiento de algas en un ecosistema acuático.

El agua

Los seres vivos necesitan agua para vivir, pero también existen adaptaciones a lugares áridos.

La temperatura media y sus cambios

Normalmente, las especies de un ecosistema están adaptadas a un determinado margen de temperaturas.

La salinidad del agua

Las aguas oceánicas tienen un contenido en sales muy estable, mientras que las aguas continentales son muy heterogéneas, dependiendo de las características de los suelos por donde circulan.

El pH

Depende de la composición de los elementos que forman el suelo y las sustancias que el agua contiene en disolución. Los factores limitantes son los factores ambientales, como la luz o la temperatura, que limitan la capacidad de que se desarrollen unas determinadas especies.

Cada especie presenta una cierta capacidad de resistir modificaciones en su entorno sin que la afecten, pero también tiene límites de tolerancia frente a variaciones de uno o más factores ambientales. Según la tolerancia a los factores ambientales, las especies pueden clasificarse del modo siguiente:

Las especies eurioicas, tienen un intervalo de tolerancia muy amplio para uno o varios factores ambientales.

Las especies estenoicas son organismos más exigentes y no pueden subsistir fuera de un estrechob intervalo de tolerancia. Cuando se trata de un factor concreto, se escribe el prefijo euri- o esteno- y, a continuación, el factor ambiental. Así, un organismo euritermo es poco sensible a los cambios de temperatura, o un organismo estenotermo.

La biocenosis

La biocenosis de un ecosistema está constituida por diferentes especies que establecen una serie de relaciones entre ellas. El conjunto de los individuos de la misma especie, que habitan en un lugar determinado, recibe el nombre de población.

El espacio físico que ocupa una población se llama hábitat. La función que cumple una especie en el ecosistema se denomina nicho ecológico.
El nicho ecológico depende principalmente del tipo de alimentación. Por ejemplo, un ratón de bosque ocupa el nicho de pequeño roedor que come semillas, y una lechuza ocupa el nicho de ave rapaz que se alimenta de pequeños roedores. Estas son las funciones que estas especies cumplen en el ecosistema. De este modo, en un ecosistema coexisten diferentes poblaciones de diversas especies, que se adaptan al biótopo y están en equilibrio entre ellas.

Estudio de las poblaciones

En ecología no se estudian los individuos de forma aislada, sino como población. Para conocer las características de las poblaciones, es necesario tener en cuenta las siguientes variables o indicadores:


Tamaño de la población: es el total de individuos que forman parte de una población.


Densidad ecológica: es el número de individuos por unidad de superficie ocupada o hábitat. La densidad de población ha de mantenerse en equilibrio para la supervivencia de la especie. Así, una densidad de población muy pequeña puede dificultar los mecanismos de reproducción sexual, ya que puede resultar difícil el encuentro entre individuos de diferente sexo.


Tasa de natalidad: corresponde al número de individuos que nacen en un período de tiempo determinado.


Tasa de mortalidad: es el número de individuos que mueren en un período de tiempo determinado. Las tasas de natalidad y mortalidad varían en función de diversos factores, como la disponibilidad de nutrientes y los depredadores que actúan sobre la población. En general, es especialmente significativo el caso de la tasa de mortalidad, ya que si esta es elevada durante las primeras etapas de la vida, antes de que los individuos lleguen a la edad reproductiva, disminuirán las posibilidades de supervivencia de la especie.


Tasa de inmigración: corresponde al número de individuos que se incorporan a la población, procedentes de otros lugares.


Tasa de emigración: es el número de individuos de la población original que la abandonan y se marchan hacia otro lugar.
La valoración global de todos los aumentos y las disminuciones de población, debidos a las tasas de natalidad, mortalidad, inmigración y emigración, nos da el valor de la tasa de crecimiento de una población.

Cambios en el ecosistema

Sucesiones ecológicas.- El desarrollo de los ecosistemas a lo largo del tiempo comporta una serie de cambios que afectan tanto al biotopo como a la biocenosis. Como consecuencia de estos cambios, los ecosistemas pasan sucesivamente de una etapa a otra.
Una sucesión consiste en la ocupación y el poblamiento de un medio por parte de especies que antes no se encontraban en ese lugar, de manera que se origina un ecosistema cada vez más complejo y organizado.

Se diferencian dos tipos de sucesiones:
• Sucesiones primarias: cuando el proceso se inicia sobre un terreno yermo, como una roca o una isla volcánica de nueva formación.
• Sucesiones secundarias: cuando el proceso se inicia sobre un suelo que, previamente, estaba ocupado por especies diferentes; como, por ejemplo, un campo de cultivo abandonado, un bosque quemado o una zona devastada por una plaga.
En los dos casos, las sucesiones comienzan con los seres vivos fotosintéticos, ya que son los organismos iniciales de cualquier cadena trófica. Estos organismos se llaman especies pioneras u oportunistas.

Por ejemplo, en los ecosistemas terrestres, las semillas de estas especies llegan a los terrenos deshabitados y germinan rápidamente. De este modo, las raíces comienzan a sujetar el terreno y a permitir que retenga el agua. Destacan las comunidades de musgos y líquenes.

Con el tiempo, y la llegada de nuevas especies, se origina un suelo sobre el que se pueden desarrollar otros organismos. Destacan las plantas herbáceas de crecimiento rápido. Estas especies pioneras en la colonización de nuevos ecosistemas se denominan estrategas de la r.

Al transcurrir el tiempo, las condiciones de la zona se hacen más favorables para la vida de otras especies, las que poco a poco van ocupando el ecosistema. Tanto la biomasa como la biodiversidad crecen, produciendo un aumento del número de niveles tróficos. Las especies que se instalan en estas condiciones mejoradas son los estrategas de la k.

Lectura facilitada

Nuestro planeta está lleno de diferentes lugares donde los seres vivos y su entorno físico interactúan, formando lo que llamamos ecosistemas. Cada ecosistema es como un hogar donde los seres vivos (plantas, animales, y microorganismos) y el lugar físico en el que viven (llamado biotopo) trabajan juntos. Dentro de este hogar, todos comparten y dependen los unos de los otros para sobrevivir.

El biotopo es como el escenario de este hogar, incluyendo el tipo de suelo, agua, y aire. Dependiendo de si este escenario es en la tierra o en el agua, los seres vivos que lo habitan se adaptan para vivir y prosperar allí. Por ejemplo, en la tierra, las plantas usan el aire para hacer fotosíntesis, y en el agua, los peces y otros seres vivos utilizan el oxígeno disuelto en el agua.

La ecología es la ciencia que estudia cómo estos seres vivos y su entorno físico interactúan. Fue nombrada así por Ernst Haeckel, un biólogo alemán, y significa el estudio de la "casa" o lugar donde vivimos.

En estos hogares naturales, hay cosas que pueden limitar cuánto y qué tan bien pueden vivir los seres vivos, como la cantidad de agua, la temperatura, y los nutrientes disponibles. Estas limitaciones pueden ser diferentes si estamos hablando de un ecosistema en la tierra o en el agua.

Dentro de un ecosistema, los seres vivos (la biocenosis) interactúan entre sí y con su entorno. Imagina un vecindario donde cada especie tiene su propia casa (hábitat) y trabajo (nicho ecológico). Algunas especies son muy adaptables a cambios en su hogar, mientras que otras necesitan condiciones muy específicas para vivir.

Los científicos estudian cómo estas comunidades de seres vivos crecen y cambian, observando cosas como cuántos individuos hay, cómo se reproducen, y cómo se mueven de un lugar a otro.

Con el tiempo, los ecosistemas pueden cambiar. Estos cambios pueden ser lentos y naturales, como cuando nuevas especies llegan y hacen su hogar allí, o pueden ser rápidos y dramáticos, como después de un incendio o una inundación. Este proceso de cambio se llama sucesión ecológica y ayuda a que un ecosistema se desarrolle y madure, volviéndose más diverso y complejo.

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