La colaboración contribuye al éxito del proceso que se está trabajando ya que la colaboración genera responsabilidad y motivación en los miembros.
La colaboración bien ejecutada permite a un grupo tomar mejores decisiones que un individuo por sí solo, ya que el análisis del tema en cuestión se realiza desde múltiples perspectivas. Por otro lado, si se ejecuta de manera deficiente, los esfuerzos de colaboración están sujetos a un "pensamiento grupal" y se vuelven menos efectivos que un individuo.
Se ha demostrado que el aprendizaje colaborativo incrementa los resultados de aprendizaje, el disfrute del tema, la autoestima y la inclusión de la diversidad. Actualmente se cuenta con herramientas pedagógicas que utilizan el aprendizaje colaborativo, las cuales han resultado efectivas para mejorar el rendimiento académico, en contraposición al aprendizaje individualista o competitivo.
Así también, se ha llegado a determinar que el aprendizaje colaborativo aporta para que los estudiantes sean más positivos sobre la escuela, las materias y los profesores, así como entre ellos mismos. Otro aspecto a resaltar es que crea sinergia con las otras habilidades del siglo XXI y sirve como un auténtico objetivo de comunicación y mejora el pensamiento crítico y la creatividad.
Por los beneficios que brinda el trabajo colaborativo, se ha determinado que las competencias digitales que debería desarrollar un docente, entre otras, son:
- Utilizar espacios digitales de trabajo colaborativo con otros docentes desempeñando distintas funciones: creación, gestión y/o participación.
- Utilizar varias herramientas y medios digitales de colaboración.
- Promueve la participación activa de su comunidad educativa en espacios colaborativos digitales, integrando los mismos en su práctica docente.