En esta etapa, se debe organizar el contenido que será presentado en la animación considerando la información recopilada en la etapa anterior. Específicamente, se debe clasificar el contenido en base a los objetivos propuestos, de forma que los temas que serán expuestos cumplan de manera secuencial el propósito inicialmente planteado.
Además, de acuerdo al público objetivo se deberán seleccionar los elementos como colores o imágenes. Por ejemplo, una animación dirigida para un público infantil requerirá del uso de colores primarios mayoritariamente, mientras que una animación para un público adulto requerirá una presentación más sobria.