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RONDA DE CARICIAS

Actividad Vinculación Emocional y Social

Para empezar la realización de esta actividad lo principal es buscar un lugar libre y seguro para el niño, de esta manera tenemos un espacio donde la mámá y el niño puedan entender la explicación por parte de la educadora familiar,  quien se encargara de guiar paso a paso el trabajo a realizar para alcanzar los objetivos propuestos con el niño o niña.


Canva. Espacio seguro (CC BY-ND)

El único material que utilizaremos para esta actividad es un pañuelo de cualquier color o material (especialmente suave). Donde la mámá deberá pasar el pañuelo por el rostro del niño y sus manos. Esto ayudara al contacto físico suave y el tiempo compartido de manera cercana y cariñosa entre la madre y el niño refuerzan el apego seguro, lo cual es clave para un desarrollo emocional saludable. Los niños que experimentan este tipo de apego suelen sentirse más seguros y confiados.

Canva. Madre y pañuelo (CC BY-ND)

Al mismo tiempo esta actividad se debe acompaña con una canción de cuna o con una voz suave. El niño empieza a relacionar el lenguaje con sentimientos de calma y bienestar, lo que es útil para su posterior desarrollo del habla y la comprensión del lenguaje. 

EJEMPLO DE UNA CANCIÓN DE CUNA
Luli Pampín. Cancion de cuna (CC BY-ND)

Luego animamos al niño a tocar el pañuelo o su cara, esta actividad fortalece el vínculo emocional y crea un ambiente seguro y afectuoso, lo que es fundamental para el desarrollo emocional del niño. Cuando la madre anima al niño a tocar el pañuelo o su propio rostro, se refuerza el concepto de reciprocidad y la interacción, permitiendo que el niño aprenda a dar y recibir afecto, una habilidad social crucial.

TRABAJO EN GRUPO
Canva. Trabajo en grupo (CC BY-ND)

Descripción de la Actividad:

Los niños, acompañados por sus padres o educador@ familiar , se sientan en un círculo cómodo. Cada cuidador utiliza un pañuelo o tela suave para acariciar suavemente el rostro, las manos o los pies de su hijo, mientras cantan una canción de cuna o les hablan en voz baja. El objetivo es que los niños experimenten sensaciones suaves y tranquilas en un ambiente de calma. Luego, se anima a los niños a compartir la experiencia entre ellos, pasando el pañuelo a otro educador@ familiar o niño, o tocando suavemente el pañuelo de otro participante.

Materiales:

-Pañuelos de tela suave o pequeñas mantitas para cada niño.
-Espacio cómodo (almohadas, colchonetas, mantas) para que el grupo se siente en círculo.
-Opcional: música suave de fondo

Pasos a seguir:

Introducción al círculo de caricias:

La educadora familiar y niños se sientan formando un círculo, asegurándose de estar cómodos y relajados. Cada cuidador empieza acariciando suavemente a su niño con el pañuelo, describiendo la textura ("suave", "ligera") o cantando una canción tranquila.

Intercambio de pañuelos:

Después de unos minutos, se invita a los niños a pasar su pañuelo o tela a otro compañero. Los niños pueden tocar el pañuelo del otro y experimentar la sensación de diferentes texturas. Los cuidadores pueden guiar este proceso de manera suave, alentando a los niños a compartir y esperar su turno.

Exploración conjunta:

Una vez que los niños han intercambiado pañuelos, se puede hacer una breve pausa para que los niños exploren el rostro o las manos de su educador@ familiar usando el pañuelo, reforzando el concepto de cuidado y afecto mutuo.
Cierre en grupo:

Para finalizar la actividad, todos en el círculo pueden unirse en una ronda final de caricias, cantando juntos o simplemente disfrutando de unos momentos de tranquilidad. Esta es una excelente oportunidad para que los niños se sientan seguros y conectados con el grupo.

Beneficios:

-Refuerza el vínculo afectivo entre los niños y sus educador@s familiares.
-Estimula la conciencia sensorial a través del tacto suave.
-Fomenta la socialización y el compartir entre los niños.
-Crea un ambiente de tranquilidad y seguridad, propicio para el desarrollo emocional temprano.

Adaptaciones:

- Si los niños son muy pequeños o tímidos para compartir el pañuelo, los educador@ familiares pueden intercambiar entre ellos y demostrar cómo hacerlo.
- Se puede utilizar música suave para acompañar la actividad y mantener un ritmo tranquilo.
- Esta actividad grupal proporciona una experiencia sensorial y afectiva compartida, ayudando a los niños a sentirse seguros en un ambiente social y a desarrollar habilidades de empatía y cuidado desde una edad temprana.

TAREA

Después de la actividad, tómense un momento para observar cómo se sienten ambos. La madre puede preguntarle al niño si disfrutó de las caricias o qué parte le gustó más. Es un buen momento para hablar sobre cómo las caricias y las palabras suaves nos hacen sentir bien y seguros.

Preguntas para Reflexionar Juntos:

¿Cómo te sentiste mientras acariciaba tu rostro y tus manos?
¿Te gustó tocar el pañuelo o mi cara? ¿Cómo se sintió?
¿Qué canción o palabra te gustó más escuchar?

Para el niño: Con ayuda de mamá, dibuja cómo se sintió la actividad. ¿Qué colores o formas representarían lo que experimentaste? Esta tarea permitirá que ambos, madre e hijo, compartan un momento íntimo de afecto y comunicación no verbal, lo cual es esencial para fortalecer la vinculación emocional y social.

Recursos y evaluación de los aprendizajes

Recursos

Productos evaluables

  • Verbalización del alumnado.
  • Reacción del niño con la actividad (gestos).

Técnicas e instrumentos de evaluación

  • Instrumentos:
    • Rúbrica (pdf - 128776 B) para evaluar individualmente y en grupo.
  • Técnicas:
    • Observación sistemática.
    • Análisis de las conclusiones finales.

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