Mirco es un niño muy alegre, juguetón y apasionado por el cine. A la edad de 10 años se disparó accidentalmente con el rifle de su padre. Las graves heridas lo dejaron ciego. La ley de su país, en ese entonces, prohibía que las personas ciegas estudiaran en una escuela normal. Por tal razón, sus padres tuvieron que internarlo en una escuela especial muy distante a su hogar. Mirco, al principio veía sombras, por lo que se negaba a reconocer su ceguera y no quería aprender Braille. Su profesor le regaló una grabadora y con ella, Mirco empezó a descubrir la magia del sonido. Con la ayuda de sus amigos, creó un cuento de hadas para un recital muy inusual a lo acostumbrado, donde los efectos de sonido creados por Mirco trasladaron a la audiencia a escenarios que no los veían con sus ojos sino con su imaginación.
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