Travis Freeman es un joven deportista que practica fútbol americano desde muy niño. Debido a una severa infección, Travis quedó completamente ciego. Habituarse a su nuevo estilo de vida fue todo un reto, el cual no lo tomó con buena actitud. Patty Wheatley, fue la rehabilitadora de Travis. Gracias a sus exigencias, logró que Travis fuera independiente, además le motivó a continuar sus estudios en el mismo colegio. Lo impensable ocurrió, Travis se reincorporó al equipo de fútbol, pero en una nueva posición. El trabajo de su entrenador, el apoyo de su familia y el soporte de sus amigos y compañeros de juego fueron fundamentales para lograr que Travis se adapte a jugar fútbol sin ver. Juntos, como un verdadero equipo, lograron clasificar por primera vez a las finales regionales.
